Cegua

Por Andrea Marín 



La naturaleza está llena de mitos y leyendas, en especial cuando se mezclan animales con humanos, tal es el caso de la Cegua, también conocidad como Segua o Tzegua. De origen mesoamericano y está relacionado con el mito de la Siguanaba y la Llorona. Es un ser espectral que se materializa por las noches en caminos solitarios, solicitando ayuda para que la lleven a algún poblado cercano. El espanto generalmente se aparece a los hombres mujeriegos en la forma de una mujer muy hermosa, la cual luego se transforma en un monstruo con la cabeza de un caballo. Dicha leyenda se escucha en Costa Rica, Nicaragua y México. El término cihuacóatl designaba a una diosa nahua que representaba la Madre Tierra, la cual era conocida por muchos nombres. También proviene de la creencia en el nahualismo, que es un chamán, brujo o persona que tiene el don o la habilidad de transformarse en un animal. De aquí surge la creencia de que cualquier mujer puede transformarse en una Cegua a través de brujería. También tiene su origen en la diosa Xtabay de la mitología maya, la diosa del suicidio, quien premiaba a los suicidas con llevarlos a un paraíso especial; además se le consideraba también la diosa de los pecados carnales. En países de Centroamérica se le conoce con otros nombres como X'tabay, Macihuatli en México, Siguanaba en Guatemala y El Salvador, Sucia en Belice y Honduras.

En la provincia de Guanacaste, también en Costa Rica, la Cegua, además de aparecerse a los hombres en los caminos, también podría aparecerse en los bailes y fiestas de los pueblos, en donde coquetea con cuanto hombre se le acerca. Aquel que logra conquistarla, la acompaña al descampado de la pampa guanacasteca, y bajo un frondoso árbol de guanacaste, entregarse a sus amoríos, hasta que bien avanzada la noche, cuando el hombre por fin intenta besarla, ocurre la metamorfosis. La manera de huir o escapar de ella es ponerle o mostrarles semillas de mostaza, a la Cegua le gusta mucho las semillas de mostaza; al llegarle el olor, la Cegua deja de perseguir a su víctima y pretende comer las semillas, pero como sus manos se convirtieron en cascos de caballo, vomita su alma al no poder hacerlo; así la víctima está salvada.

“Hace más de doscientos años, en un pueblito de Cartago, vivía una hermosa mujer, la más bella del pueblo. Linda como una rosa, de curvas pronunciadas, hermosísimos bustos, piernas torneadas y una cara sin igual; sin embargo era la muchacha muy orgullosa y no guardaba la menor consideración por sus padres, a los que con frecuencia humillaba y desobedecía, pues se decía ser muy infeliz de ser pobre. Cuenta la leyenda que, un día, esta bellísima joven recibió una invitación de un acaudalado y buen mozo español para asistir a un baile, a lo cual su madre se opuso, pues el joven era reconocido por sus atributos de conquistador, Don Juan y poco formal con las muchachas. Ante la negativa de su mamá, la joven estalló en ira y blasfemó contra ella; llenó de improperios su humilde hogar mientras su madre la observaba y lloraba en silencio ante la actitud de su hija, pero a la joven no le bastó con insultar, sino que en un momento dado levantó su mano para abofetearla, pero no había levantado completamente cuando de la nada salió una mano negra con grandes uñas y sostuvo la mano de la hija ingrata, entonces se escuchó una voz estruendosa que dijo:

Te maldigo mala mujer, por ofender y pretender golpear a quien te dio la vida, desde hoy y para el resto de los siglos los hombres a ti se acercarán por tu hermoso cuerpo pero por tu espantoso rostro de ti correrán.

Así es como desde entonces la cegua se aparece de pronto en el camino pidiendo que a algún jinete la lleve en su caballo, argumentando que va al pueblo más cercano; no hay un hombre que se resista a tan hermoso cuerpo y dulce ruego, pero una vez que sube en ancas al caballo su cara se transforma en la de una horrible bestia similar a la de un caballo relinchando.”

En Nicaragua, es frecuente mencionar en las historias no una, sino varias ceguas, que podrían incluso cooperar entre ellas para atrapar una víctima. Según la tradición, la terrible Cegua que espanta a los hombres es una bruja traicionada, la cual está en busca de venganza en contra de los mujeriegos trasnochadores. Se dice que para que este personaje adquiera su grotesca apariencia, primero tiene entrar en la oscuridad de la noche a un maizal, donde hace un pacto con el señor de las tinieblas. Luego ella realizaría un ritual en donde vomitaría su alma en un guacal o vasija grande y largo, para perder su alma y con ello poder empezar su transformación, con lo cual adquiriría los poderes de la Siguanaba. Así, a través de los poderes demoníacos unidos al de la Siguanaba, puede convertir su cara en la de una yegua esquelética; sus cabellos se vuelven como el pelo del maíz y sus dientes como los granos de mazorca podrida. Además de eso, el resto de su cuerpo se transforma: su piernas se vuelven tan largas y robustas como las patas traseras de un caballo, sus pies se hacen más grandes y lo mismo ocurre con sus brazos, dándole a ella una gran fuerza física y velocidad, que le asegurarán no dejar escapar a su víctima.

Cuenta la leyenda en México, que… hace un par de décadas dos hombres que llevaban una vieja amistad y se trataban de compadres, trabajaban desde muy temprano en una parcela a las afueras de Rosamorada. Como es común en este tipo de trabajos, la jornada laboral suele extenderse hasta altas horas de la noche. Ambos, al ver que la penumbra los había alcanzado, decidieron dar por concluido su día de trabajo y comenzar el camino de regreso a casa. Abordaron una camioneta y siguieron el trayecto que todos los días seguían, sin embargo uno de ellos, el que iba en el asiento del pasajero, tuvo la necesidad de ir al baño, así que le pidió a su compadre que se detuviera junto a la carretera. Con la luz de la luna, el hombre salió del vehículo y se alejó un poco, mientras permanecía parado orinando, su atención la capturó una escena enorme; observó que al pie de un barranco se encontraba parada una mujer dándole la espalda a él. El hombre contrario de asustarse, terminó de hacer su necesidad y comenzó a llamar a la mujer advirtiéndole del peligro por estar tan cerca del barranco, pero no hubo respuesta.

Él desesperado comenzó a acercarse para rescatar a la mujer en aparente peligro. Justo en ese momento, cuando ya estaba a unos pocos metros, la mujer volteó y él horrorizado descubrió que detrás de esa figura de mujer se escondía una horrorosa y diabólica cara de caballo. No atinó a hacer otra cosa más que correr, al acercarse presuroso a su compadre que lo esperaba en la camioneta, le pidió que pusiera en marcha el vehículo y se fueran de allí. Su compadre extrañado le preguntó el motivo de la prisa, pero él solo insistía en que se fueran. Después sintiéndose a salvo y al llegar a casa, el hombre contó su experiencia y desde entonces acordaron jamás volver a detenerse en la carretera durante la noche porque puede que aún la Siguanaba siga rondando por esos lados.





Fuentes de consulta:

Más México. Leyenda nayarita, recuperado el 11 de junio del 2018 de https://mas-mexico.com.mx/leyenda-nayarita-de-la-siguanaba-mujer-con-cara-de-caballo/

San José Costa Rica. Leyendas de Costa Rica, de https://www.sanjosecostarica.org/sobre-san-jose-costa-rica/cultura-y-folklore/leyendas-de-costa-rica/la-segua/

Ticopedia. Leyendas de Costa Rica, de https://ticopedia.fandom.com/wiki/Cegua

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